sunday

Después de ver el apasionante duelo del Open de Australia Federer-Nadal con la casa en ebullición (todos durmiendo menos yo), haré una breve actualización (que ya hay sueño) para contar las novedades, aunque pocas, de hoy.

Ya ha llegado un nuevo compañero de piso. Es Steve, el típico inglés con cara de feliz, mofletes rojos y barriga (supongo) cervecera. 26 años de edad y tiene más dotes de cocina que el surafricano, pues por lo menos ha cocinado salchichas. Hoy por la tarde hemos ido al supermercado a comprar para él y para mi... el surafricano no se ha personado en casa hasta la noche. Qué crack! Así que me ha tocado a mi comerme el marrón, pues he tenido que madrugar para atenderle.

Hoy ha venido Andrew, mi jefe, a casa para acompañar al english boy, y le he manifestado mi desacuerdo con una nota que nos dejó la dueña de la casa, que no olvidemos que es la madre de nuestra gran jefa de la bodega. Una de las reglas decía que, si acabábamos el tanque de agua, debíamos pagar el agua de más que necesitáramos. Lo cual es una jilipollez inmoral, pues no puede pretender que lavemos nuestra ropa a salivazos (lapos, entendámonos todos) y nos duchemos en el lago. Ha sido mi primer acto de rebeldía (disappointment) desde que estoy aquí. Lo cuál ha surgido efecto, porque Andrew me ha pasado el teléfono de un contacto que vende una lavadora por 55$ (unos 28 eurillos) y también me ha comentado que llenar 9.000l de agua cuesta 95$ (no más de 50€). Mmmm... y no podríamos haber empezado por aquí? Por 50€ a repartir entre 5, EN LA VIDA habría llenado una bañera y habría echado allí toda mi ropa sólo para que oliera bien (no os voy a engañar... limpia limpia... no quedó. Sólo aparentaba limpieza, lo cual es lo más importante en un mundo de snobismo y apariencias).

Hoy aproveché también para hacer magia y convertir una tortilla de patatas en unos huevos revueltos con patata. Es lo que tiene cuando tienes una mierda de cocina eléctrica que se gradúa cuando le da, y un juego de sartenes que pegan más que superglue. En definitiva, que me he comido unos revoltillo de puta madre.

Mañana entro a las 7:00h de la mañana. No sé cuánto voy a trabajar... si ya voy a empezar el turno de 12h... pero en fin. Si hay que ir, se va.

Ante las constante pregunta que muchos me hacen sobre a la hora a la cual se me puede llamar... pues de momento, os diría que de 20:00h - 22:30h hora australiana. Aunque tampoco sé hasta qué punto voy a estar aquí. Probad... (si es que queréis hablar conmigo, claro jeje).
Otra cosa... olvidaros de skype, que ya bastante suerte tengo con poderme conectar!

Un abrazo grande.