del barco de chanquete...

Tasmania. Último días.

Os escribo estas líneas desde el barco Spirit of Tasmania, ya poniendo rumbo a Melbourne. Aún no tengo ningún comprador apalabrado. Tengo un mal fario con el coche, un tufillo que me dice que no lo voy a poder vender a buen precio. Además, ha aparecido otro ruido chirriante que, de aparecer también en el momento de la prueba del coche, le puede rebajar unos dólares más. Porca miseria.

Ayer, en el pub irlandés Molly Malone's, conocí a un chico llamado Christian de Alemania. Es un chico algo pesado, a la vez que parado, pero que me pidió adherirse a mi plan de hoy. Yo le dije que encantado, pues aunque sea rara, no viene mal un poco de compañía. Afortunadamente también conocí a una chica italiana, de nombre Marina, con la que rápidamente nos caímos bien. Entre italianos y españoles existe una especie de feeling que sólo he podido percatar estando a 15.000 Km de casa. Lo mejor de esta chica... o mujer, pues tiene sus 29 años, es que es directora/manager de 3 spa en Italia, dos de ellos en los alpes. Y tiene una casa en las montañas, a 5 minutos de las pistas de ski. Ya me ha dicho que estoy invitado a su casa, a skiar y a los spa a recibir varios masajillos después de la jornada. Todo ello dado por el agradable paseo con el que les he obsequiado con el coche el día de hoy. Si es que este tipo de contactos nunca vienen mal... en cambio, del chico alemán poco bueno podré aprovechar. Eructa todo el rato, bebe mucha cerveza y sabe poco inglés. Y es feo.

Hoy hemos ido a una fábrica de chocolate, que poco tenía para visitar, pero tenía unas catas gratis que he logrado convertir en desayuno gratis. Después de la comilona, hemos llegado a un parque nacional bastante mierdoso, donde poco había que hacer. Sólo un paseo por la playa y poco más. Además, ha empezado a llover fuerte, así que hemos cambiado la ruta hacia la punta centro-norte, y allí nos hemos encontrado con una especie de zoo solamente de platypus y echidnas. Hemos ido a dar una ojeada, y sacar unas fotos a tan raro animal.

Por la tarde, antes de embarcar en el barco (el chico alemán también volvía el mismo día que yo) nos hemos ido a una bodega a hacer una cata de vinos tasmanos. Perfecto! Acto seguido, despedida con Marina y al coche a embarcar. Después de bromear con el de seguridad que controla que no se pase fruta o plantas de la isla al continente y viceversa diciéndole que llevaba a unos ilegales debajo del coche pero que si le daba 10 dólares me los dejara pasar, he conseguido pasar... un plátano! Que voy a saborear de forma gustosa.

Mañana por la mañana, si puedo, Barça. Después, operación venta del coche. Por la tarde he quedado con el Gordo Steve (que se ha cogido día libre) y supongo que iremos a hacer daño a algún lugar. Para el viernes tenía que quedar con la pareja gay pero la madre uno de ellos, el catalán, ha venido a visitarle y se van el fin de semana en un apartamento. Así que nada, igual llamo a uno de los chicos con los que vi la final de la Champions jeje.

Un abrazo!