miércoles, 6 de enero de 2010

ojalá que NO llueva, ni café ni agua

ACTUALIZACIÓN FOTOS: costa este

Otro día de kilómetros!

El día ha empezado a las 7:45h, donde después de levantado he sacado unas fotos al hostel donde me alojé la noche anterior, sito en medio de un bosque lluvioso. La verdad es que resultó ser bastante impresionante, pese a las precariedades que puede ofrecer un alojamiento que se encuentra en una pequeña selva. Acto seguido me he dirigido a la cocina, donde se acababan de hornear unos deliciosos muffins (especie de magdalenas) muy sabrosos.


Ya estaba listo para iniciar mi etapa. Primera parada: Punekaiki Rocks & Blowholes. La verdad es que todo el mundo hablaba muy bien de este lugar, y yo nunca supe bien qué era... y de hecho, después de verlo, sigo sin saberlo, pero el lugar es remarcable. Unas rocas con forma de pancakes (típico dulce inglés), puestos una encima de otra, que provocan un efecto muy curioso, a la vez que cautivador. A todo ello le sumas los blowholes, que son una especie de túneles creados por la erosión del mar que causan grandes chorros de agua cuando el viento la empuja hacia él. Todo ello va acompañado de un sonido muy grave, como un trueno. Brutal.


Saliendo de allí he visto un grupo de frikis, vestidos de qué se yo, que bailaban en las afueras de una tienda de souvenirs. Era un grupo de jubilados (o casi), que supongo salían de concentración para mostrar sus atuendos y su folklore. Muy cutre todo, pero por supuesto me ha entretenido y me ha servido para escribir este par de líneas de más.


Resiguiendo la carretera de la costa oeste (reconocida como una de las diez mejores rutas del mundo) he dedicado media horilla a Barrytown, un pueblo costeño que me habían recomendado por su especial "encanto". El pueblo en sí no tiene demasiado, pero la playa sí. Además el paisaje estaba acompañado por una brumilla que le daba un aire especial, un toque mágico.


El hambre empezaba a hacer acto de presencia, y el tanque de gasolina también se empezaba a quejar. Así que en Hokitika hemos repuesto energías. Hokitika es una de las capitales del Jade, o "piedra verde". Un pueblo lleno de galerías, turistas y cafés.


Tenía su encanto, pero insisto en que no le busques a un pueblo de las antípodas el encanto que puede tener un pueblo perdido de Asturies, Cantabria o Andalucía. Pero de aquí me he desviado de la ruta de la costa para visitar, tierra adentro, el lago Kaniere, que va cogido de la mano con las cascadas Dorothy Falls. Me ha costado Dios y ayuda llegar allí (las señalizaciones brillan por su ausencia), pero he llegado.


Mucho más espectacular ha sido la siguiente parada, en Hokitika Gorge. Tiene ese ingrediente que tanto me gusta a mí... y es que se trata de un lugar único, especial. Algo que no había visto antes jamás en la vida. Admirar en las fotos el mágico color turquesa de las aguas que bañan esas gargantas. Parece que sea agua de mentira, algo así como "moco". Me ha parecido increíble, a pesar de las ya amigas mías "sandflies". Debo decir que las moscas se están portando bien conmigo, o que mi pesticida funciona bien. Pero insisto en la mala leche de esos insectos.


Y al final he llegado a St Josef Glacier... pueblo base del primer glaciar que quería visitar. Me he encontrado con un inesperado invitado: la lluvia. Está cayendo una tormenta gorda, y mis planes de mañana creo que se han ido a tomar pol... hielo. Se trataba de un interesante ascenso a los glaciares, pero no caminando, sino escalando. Una gran pena, porque era de los mayores atractivos del viaje... también quería ver el monte Cook, de 3.700m de altura (algo así como el Teide), pero con la que está cayendo esta noche... y las previsiones de mañana... creo que va a ser que no.

En fin... ¿qué os han traído los reyes?
A mi, de momento, agua.

Gran abrazo!

1 comentario:

pare de la criatura dijo...

¿El mejor regalo de Reyes?. Un dia menos pa`l 23. Hala.