mi lugar secreto

ACTUALIZACIÓN FOTOS: mi lugar secreto en marlborough sound

Wow wow wooowww!!

Hpy puedo afirmar que estoy en el paraíso. Hoy me estoy arrepintiendo de haber estado un año en Australia y no haber podido estar más tiempo aquí donde estoy, en un lugar perdido de Nueva Zelanda que no pienso mencionar pues prefiero que siga siendo un secreto. O se viene conmigo, o no se va nadie.


El escenario es espectacular. Ayer, después de conducir durante más de 2 horas por carreteras perdidas y bajo una lluvia desoladora, llegué a mi hostel. Nada más llegar, la gerente me ofreció té o café, acompañado de un bizcochillo de chocolate buenísimo. Rápidamente me sentí como en casa, y toda la gente que conocí después me hicieron pasar, pese a la lluvia, una de las tardes más entrañables desde que estoy aquí. Hay un matrimonio alemán con su hijo e hija (wow), unas hermanas de Wellington que comparten habitación conmiga (wow), varias parejas, gente joven, gente mayor... no es que haya mucha gente, pero de los pocos que somos, hay mucha variedad. Ayer Lindley (la encargada del hostel) nos preparó pizzas caseras, y estuve bebiendo cervezas con los alemanes. Me fui a dormir con lluvia. Mucha lluvia.


Hoy me he despertado con Sol. Mucho Sol. Así que a las 8:30 me he apoderado de un kayak y he completado una de las rutas más bonitas desde que estoy aquí. El paisaje es impactante, precioso. Tranquilidad, aislamiento... insisto, el lugar perfecto. Lindley me comentó que hace un año tuvo a un chico catalán llamado Martí, que vino a Nueva Zelanda a aprender inglés. Contactó con ella y nada más aterrizar se apareció por aquí, con la intención de estarse unos días ayudando en las tareas del hostel a cambio de dormir gratis y, también, practicar su inglés. Martí estuvo tan a gusto que se quedó 3 meses aquí, casi toda su estancia. Al final Lindley le dijo que se fuera, que tenía que visitar el país. Martí se fue, dio unas vueltas pero a las dos semanas reapareció para pasar sus últimos días aquí. Un crack.


Después del kayak he cambiado a un barco de remo, una caña de pescar, una sepia congelada y un cubo. A trancas y barrancas he llegado a 100m de la orilla. y una vez anclado he estado más de 3 horas pescando. Se me han pasado volando, y he pescado mucho... lamentablemente, muchos pezqueñines. Pero dos snappers que me voy a cocinar hoy para cenar. Ya los limpié y desescamé. Están listos para ser horneados.


Mi plan era irme hoy, pues ando escaso de tiempo. Pero hubo una cancelación y decidí quedarme por una noche más... a cambio, mañana conduciré un poco más. Pero insisto... estoy TAN a gusto aquí...

Ahora estoy haciendo la colada, pues los próximos días los tengo realmente ocupados y no sé si tendré tiempo para ello, y después de cocinar me relajaré otro rato con esa gente tan entrañable que he conocido.

No me quiero ir, pero mañana ya empiezo mi etapa de la costa oeste. Promete y mucho. Tengo muchos planes... ya los veréis.

Gran abrazo