noches

PUBLICADAS FOTOS DE LA NOCHE DE AYER Y DE ANTES DE AYER

Existen 4 tipos de noches:

• Las que prometen y salen bien
• Las que no prometen y salen mal
• Las que no prometen y salen bien (las mejores, sin duda)
• Las que prometen y salen mal (las que joden más)

Bien, ayer era una de esas noches donde todo se presentaba muy bonito. Nos íbamos a ver todos en una misma discoteca, en Seaford, en lo que ahora ya sí debería ser el último fin de semana festivo del cual disfrutemos. Salimos de casa Dani, Germán y yo dirección McLaren Vale para encontrarnos con Iván, Fernando y Luciana, el trío argentino (no olvidéis que también están Rama y Soledad, dos más. Pero ellos al final no vinieron, primer bajón de la noche). Fuimos a Seaford, costando Dios y ayuda encontrar el camino, y cuando al fin logramos encontrar la discoteca (bueno... algo parecido) no dejan entrar a Germán por ir en chanclas. Germán se sentía triste porque sus zapatillas de salir de fiesta se las olvidó en el autocar de las excursiones de la jornada de introducción y no las ha recuperado. Le comenté la posibilidad de vestir mis botas de seguridad que estaban en el maletero, que dan el pego, y cuando al fin lo convencí, el portero le dijo que no porque eran botas de pelearse.
Fue entonces cuando llamamos a Iván, que iba tarde, para que trajera otros zapatos para Germán de su casa... pero cuál fue nuestra sorpresa cuando nos comentó que estaba en una gasolinera comprando una batería para su coche, pues había dicho basta. Nosotros, mientras, fuimos a tomar una cervecita en un casino de al lado de la discoteca. Más que casino, tragaperras-room. Al cabo de media hora llamó Iván, que no habían conseguido una batería compatible, y que estaban llegando al lugar... sin luces! No debéis olvidar que a Iván todo le sale mal desde que llegó aquí, y ya empieza a perder un poco la ilusión. Al final no lograron encontrar la discoteca y los fuimos a recoger en un punto relativamente cercano, para ir a Glenelg, donde llegué por primera vez, a buscar más fiesta, pues la discoteca de Seaford cerraba a la una y ya era la hora.
Llegamos a Glenelg y rápidamente nos dirigimos a la discoteca donde íbamos siempre, a tiro fijo. Peeero... esa discoteca cerraba a las 4, pero a las 2 ya no dejaban entrar a nadie más, y eran las 2 y 10. Fuimos a una especie de discoteca-casino que cerraban a las 3, lo único que quedaba abierto allí, pero por alguna razón en especial ese día cerraron antes.
Preguntamos dónde podíamos ir y nos aconsejaron ir a una calle céntrica de Adelaida (otros 35 minutos en coche). Llegamos a eso de las 3:30h de la noche, y la verdad, la calle prometía. Y mucho. Mucha gente, muchos bares, muchas discotecas. Peeeero.... en chanclas, sólo pudimos entrar a un bar, muy negro. Después de una hora y media de intentar encontrar un sitio decente donde entrar, decidimos volver a casa. Tuvimos que hacer 50Km de más para acompañar a casa la chica argentina, y para que Iván y Fernando fueran a recoger su coche en McLaren Vale e ir a su casa, pues ya se empezaba a hacer de día y podían prescindir de las luces.
Llegamos y el coche ya ni arrancó sin luces, con lo cual los llevamos a casa y están ahora durmiendo aquí, en el desván, esperando para marchar en media horita hacia la barbacoa.

Una barbacoa que promete mucho... pero ya no digo nada!

Mi reflexión es que para que existan buenas noches, noches inolvidables, también deben existir las noches feas donde todo sale mal. Ahora, por lo menos, ya conocemos esta calle de Adelaida. Volveremos.